En la sociedad moderna vivimos inmersos en la era tecnológica. Todos los lugares de nuestro mundo en los que habitan seres humanos desarrollados están repletos de aparatos muy modernos con los que podemos hacer cosas que en siglos pasados eran impensables. Muchos no hemos caído en la cuenta de que la televisión es un aparato increíble: poder ver en nuestro hogar lo que están haciendo otras personas es algo muy avanzado, lo mismo pasa con la radio o el teléfono móvil.
Cuando hablamos de telecomunicaciones es inevitable pensar en el teléfono móvil. Este pequeño dispositivo ha alcanzado una importancia vital en nuestras vidas, ya que nos soluciona muchos problemas cotidianos. Si necesitamos contactar con alguien, ver un vídeo en directo, jugar al último juego del mercado o simplemente enviar un mensaje tendremos en el celular nuestro mejor aliado. En el artículo de hoy hablaremos de un truco muy interesante que te sorprenderá…

En los últimos años los seres humanos hemos adquirido una necesidad casi vital de estar en lugares donde haya conexión a Internet. Y pensar que antaño no nos preocupaban estas cosas… Pues sí, es difícil encontrar una persona en el mundo desarrollado que no posea un dispositivo con conexión a internet o sencillamente un router que ofrezca la posibilidad de navegar por la red. Hay ocasiones en las que las familias no tienen dinero para comer, pero sí para pagar el Internet…

Desde su invención en el siglo XX, la conexión a Internet se ha ido desarrollando hasta alcanzar velocidades impensables. Gracias a Internet podemos hacer una inmensidad de cosas: si algo sucede en una parte del mundo la conoceremos casi al instante. Casi cualquier cosa es posible gracias a este complejo invento: pedir comida por allí, calcular la ruta por carretera hacia un lugar, realizar una presentación para tu trabajo… Pero hay algo que nos preocupa bastante, su velocidad, veamos cómo solucionarlo…

Cuando compramos un router para nuestro hogar tenemos dos variables a tener en cuenta. La primera, claro está, es el precio que nos va a costar mensualmente mantener esa conexión a Internet; los mejores aparatos pueden ser muy buenos, pero el precio es prohibitivo para casi todos los ciudadanos de a pie. Por otro lado, a la hora de elegir una compañía que nos proporcione ese preciado Internet en nuestro hogar, es importante ver qué velocidad va a tener esa conexión.

Las compañías telefónicas y las que ofrecen conexiones a Internet suelen prometer una velocidad determinada, sin embargo cuando luego comprobamos su veracidad nos damos cuenta de que no es lo que prometían. En ese momento llamamos al técnico para que acuda a nuestro hogar, pero no sabemos cómo, siempre consigue la velocidad correcta durante el intervalo de tiempo en el que se encuentra en nuestra casa. Existe un truco genial para tener siempre una velocidad alta, tú mismo puedes hacerlo en tu propia casa…

En ocasiones tenemos un ordenador de sobremesa conectado directamente a la red, por lo que la velocidad de su conexión es bastante elevada, sin embargo es posible que también tengamos otros aparatos en casa que necesiten de red Wifi para poder estar en Internet. ¿Qué es el Wifi? Pues nada menos que una onda de radio de banda ancha; esa onda entra en nuestro router, que la distribuye al resto de aparatos de nuestro hogar. Esos dispositivos son capaces de recibir la señal y procesarla por completo: ¡ya tenemos Internet!

Estamos seguros de que hay días en los que tu conexión a Internet mediante WiFi no va bastante bien. Esto puede deberse a diversos factores, como por ejemplo el tiempo que haga es día, problemas en nuestro router o en los aparatos conectados, energías negativas en nuestro hogar… Normalmente maldecimos en voz alta por la baja velocidad de esta conexión, debido a que siempre suele suceder cuando tenemos que hacer algo importante. Queremos ponerle punto y final a esto: a continuación tienes la solución…

Para poder llevar a cabo este sencillo truco necesitaremos una o dos latas de refresco, dependiendo del número de antenas que posea el router que tenemos en casa. Por otro lado también serán necesarios un cuchillo afilado y un poco de cinta adhesiva de doble cara. Si después de realizar este experimento hemos seguido bien los pasos tendremos en nuestro hogar una enorme fuente de WiFi. En primer lugar es necesario vaciar la lata y cortarle la parte inferior; realiza lo mismo con la parte superior, pero dejando un hueco sin rasurar de unos 3cm.

Acto seguido coge uno de los cuchillos que guardas en el cajón y realiza un corte en vertical a la lata; después de eso deberías obtener una especie de lámina metálica, que necesitas poner recta. Después de esto colocamos las láminas que hayamos conseguido en las antenas de nuestro router con cinta adhesiva para que no se despegue. Reinicia el aparato y descubre algo increíble: ¡la señal se ha multiplicado! Se acabaron los vídeos que no cargan y los juegos que no se descargan… ¡Velocidad ilimitada!
EmoticonEmoticon