Si bien los síntomas de las patologías que afectan a los ovarios pueden confundirse con otras afecciones, es importante acudir al especialista lo antes posible para que la condición no empeore.
Los ovarios son las glándulas sexuales femeninas responsables de producir los óvulos y regular algunos de los procesos hormonales más importantes de la mujer.
Están ubicados en la pelvis, uno a cada lado del útero, fijados con unos ligamentos utero-ováricos y sobre la pared pelviana por los infundíbulos pelvianos.
Se estima que tienen un tamaño de 3 cm × 2 cm × 2 cm en las mujeres fértiles y un peso aproximado de entre 6 a 7 gramos cada uno.
Al ser los encargados de producir los estrógenos y la progesterona, su función desempeña un papel fundamental en la salud, en especial en todo lo que tiene que ver con el buen funcionamiento del aparato reproductor.
Tras llegar a la menopausia estos dejan de liberar óvulos y también reducen la producción hormonal, lo cual implica una serie de cambios, así como unos riesgos en todo el organismo femenino.
Por desgracia, como ocurre con otros órganos del cuerpo, estos pueden verse afectados por una serie de patologías que afectan su funcionamiento y deterioran la salud. A continuación las revelamos.
1. Cáncer de ovario
Este no es el tipo de cáncer más común, pero sí es el que más muertes causa por las dificultades que existen para detectarlo.
En sus primeras etapas no presenta síntomas contundentes y casi siempre sus señales se confunden con otras enfermedades.
Algunas de las señales de alerta son:
- Pesadez en la zona pélvica.
- Dolor en la parte baja del abdomen.
- Aumento o pérdida de peso repentinos.
- Sangrados entre periodos menstruales.
- Períodos menstruales irregulares.
- Dolor en la parte baja de la espalda.
- Náuseas y vómitos.
- Pérdida del apetito.
Si se logra detectar de manera oportuna existen muchas posibilidades de superarlo con éxito. El tratamiento incluye la cirugía seguida de quimioterapias.
2. Quistes ováricos
Los quistes en los ovarios son unos sacos rellenos de líquido que pueden desarrollarse en la superficie o la parte interior de uno o ambos ovarios.
Se estima que gran parte de las mujeres padecen alguno en alguna etapa de su vida, pero al ser casi siempre asintomáticos y no peligrosos, desaparecen sin que estas se den cuenta de su presencia.
En muy pocos casos los quistes son cancerosos entre las mujeres menores de 50 años; no obstante se requiere de un estudio médico para determinar de qué variedad es.
El tratamiento para eliminarlo dependerá del tamaño que tengan, así como de la edad de la mujer. En muchos casos se pueden controlar sin necesidad de llegar a la cirugía.
3. Síndrome de ovarios poliquístico
Este trastorno se produce cuando los ovarios producen una cantidad excesiva de hormonas masculinas, lo que genera el desarrollo de quistes y una serie de síntomas que pueden disminuir la calidad de vida de la mujer.
El padecer esta enfermedad incrementa el riesgo de sufrir diabetes, síndrome metabólico y enfermedades del sistema cardiovascular.
Entre otros síntomas, se incluyen:
- Imposibilidad para concebir (infertilidad).
- Dolor pélvico.
- Crecimiento excesivo de vellos en casi todas las áreas del cuerpo.
- Caída del cabello o debilitamiento del mismo.
- Piel grasosa y acné.
- Engrosamiento de la piel con un color marrón o negro
Para controlar todo esto el médico puede recetar algunos medicamentos de regulación hormonal, así como ciertos hábitos saludables.
4. Falla ovárica prematura
La falla ovárica prematura se produce cuando los ovarios dejan de producir óvulos, lo que implica infertilidad y una serie de cambios a nivel hormonal.
Hasta hace algún tiempo se pensaba que era igual a la menopausia prematura, pero más tarde se determinó que no es lo mismo, ya que muchas mujeres continúan menstruando de forma ocasional.
Por ahora no hay un tratamiento eficaz que ayude a restablecer su funcionamiento normal, pues solo en algunos casos las mujeres logran concebir tras someterse a técnicas de fertilidad.
5. Torsión ovárica
La torsión ovárica es una afección que genera repentinamente un dolor intenso en la parte baja del abdomen, que en muchos casos se irradia hasta los costados de la espalda y los muslos.
Puede aparecer en cualquier etapa, pero es más común entre las mujeres jóvenes.
Por lo general, se produce en solo un ovario a la vez y en raras ocasiones llega a ampliarse hacia las trompas de Falopio.
Es la quinta emergencia ginecológica más común y casi siempre se requiere de una intervención quirúrgica para tratarlo.
La información es una de las mejores formas de prevención de estas patologías. Como mujeres es esencial tener conocimiento de su existencia y características para estar alerta ante cualquier posible señal que pueda indicar su presencia.
La consulta médica y la revisión ginecológica regular son los medios más seguros para recibir un diagnóstico preciso y oportuno.
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