Lo hemos visto cientos de veces en diferentes series de crímenes: ¿Qué puede ser más seguro que una prueba de ADN? Con una simple muestra de saliva, puedes identificar a alguien sin dudas... pero la vida real nunca es tan simple, como lo descubrió un hombre estadounidense cuya historia salió a la luz en un estudio reciente.
«Soy tu padre»
KEVIN WINTER - 2011 GETTY IMAGES
Esta extraña historia comienza con una prueba de paternidad o, incluso, un poco antes. El personaje principal es el hombre en una pareja que buscó muchos años un hijo, sin lograrlo. Finalmente, decidieron probar la técnica de fertilización in vitro y, afortunadamente para ellos, el procedimiento fue muy exitoso.
Los problemas empezaron a surgir después del nacimiento, cuando descubrieron que el niño tenía sangre tipo AB, mientras que ambos padres eran tipo A. Es verdad, no sería la primera vez que algo así sucede de forma natural, pero estos casos son muy raros y, dada la forma en que habían concebido a su hijo, los padres empezaron a cuestionarse si la clínica no habría cometido un error.
Para no quedarse con la duda, la pareja proporcionó muestras de saliva y se sometió a una de esas pruebas de paternidad de las que hablábamos. El resultado los dejó atónitos: el hombre no era el padre del niño. Seguro la clínica debió haber cometido algún error pero la única otra pareja con la que habían trabajado al mismo tiempo era afrodescendiente, lo cual no se condecía con la tez del niño.
Eso no era todo, cuando pidieron un análisis de ADN más exhaustivo, la pareja quedó aún más sorprendida al escuchar que el padre del niño era en realidad su tío. Si los escenarios anteriores parecían imposibles, este era absolutamente inimaginable, pero pronto encontrarían una respuesta científica al misterio.
Dos hombres en uno
JAMES WOODSON/PHOTODISC/THINKSTOCK
Es aquí que la historia se torna fascinante. Los expertos comenzaron a investigar una posibilidad que parecía más cercana a la fantasía que a la ciencia: ¿podía este hombre portar dos códigos genéticos distintos? Tomaron diferentes muestras y llegaron a este sorprendente descubrimiento: el ADN de su saliva (utilizado para la prueba de paternidad) era diferente al del semen.
De hecho, llegaron a la conclusión de que el 90 % del ADN de su esperma correspondía al de la muestra de saliva, pero un 10 % era diferente y los análisis indicaban que correspondían al ADN de su hermano. ¿Cómo podía ser posible algo así?
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No es raro que el nacimiento de un único niño haya empezado, en realidad, conmás de un embrión en el vientre. De hecho, un estudio concluyó que esto puede suceder en 1 de cada 8 casos. En casos como el de este hombre, uno de esos «mellizos» muere y el que sobrevive termina «absorbiéndolo». Como consecuencia de esto, el niño que nace termina teniendo dos ADN, una especie de quimera humana.
Aunque esta condición no es nada común, este está lejos de ser el primer caso. Se han registrado al menos unos 100 y quién sabe cuántos pueden haber pasado su vida entera sin jamás enterarse de que eran, técnicamente, dos personas en una.
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